Déjame que te cuente…
Por Sergio M. Trejo González.
Anda preocupada Regina Vázquez
Saut, la candidata del Partido Revolucionario Institucional para la diputación
Federal por el XX distrito. Su semblante denota intranquilidad. madruga y se
desvela, se trasnocha y malpasa. Casi tres meses de campaña oficial, más el
tiempo invertido en la búsqueda de la nominación, y los problemas de realizar
informes de aclaración y cumplimiento de cuantas, entregados en tiempo extra en
cuanto a números y descripción de obras que no realizó en tiempo y forma, y que
aunque el ORFIS ya le puso 6 de calificación para que dé panzazo aprobara (que
más bien es un tamalazo) todavía no se concluyen ni se disipa la oscuridad y el
desaseo de la administración de Regina. Ahí está la salida a Oluta, que ahora
por cuestiones de lluvias pudiera servir de ring para luchas en lodo; ahí está
el parquecito Constitución y su criadero de guarazapos; ahí está una especie de
salón en la colonia Miguel Alemán, que en sus áreas sin techo parece zona
desértica; ahí está la calle Riva Palacio que no acaba de abrirse por fisuras y
estorbos. En fin, sabemos que Regina se muerde los labios, medio encabronada
consigo misma, y aprieta su agenda de proselitismo y… se sobregira, se extenúa.
No quiere sorpresa en los resultados del 1 de julio.
Dicen, los cercanos a Regina,
que sale a medianoche a caminar por las calles de la ciudad, a contar la
cantidad exagerada de propaganda que tiene regada en cada cuadra. Anda checando
que nadie haya quitado sus lonas que exhibe sobre las paredes de las casas; que
sufre cuando percibe una miserable lona de Xóchitl. ¡No puede ser! En serio que
un servidor solamente ha descubierto en la ciudad 2 lonas perdidas que anuncian
la campaña de Xóchitl Tress en un par de edificios. Ah! y un gallardete,
también de Xóchitl, que transita en la
unidad sonora del Robinson. Son los únicos anuncios de Xochilt como candidata a
la diputación por el PAN. Cierto que todavía hay algunas casas que no ostentan
propaganda alguna. Pues esa es la preocupación: en las casas que no tienen lona
¿a quién se apoya? Alguien debe
tranquilizarla. Casi todo lo tiene cubierto. Los Saltimbanquis políticos que
por fin se acurrucan a su derredor están convencidos de que Regina es la
candidata esperada.
Ella, Regina, no está satisfecha,
quizá porque en su cultura le dice que no necesita de vejigas para flotar y que
no se pude confiar en sus asesores. Entiendo que un candidato con la
responsabilidad de ella debe tener hasta pesadillas… Regina ha de soñar que
Xóchitl Tress camina sobre las sabanas de escrutinio sonriente por el triunfo
sobre Regina. Debe ser terrible imaginar que Xóchitl le gane las elecciones a
Regina. Ha de despertar con sudor en la frente, jadeante, buscando el celular
para llamar a su coordinador, y escuchar: “bueno… claro patrona, ya le entregué
las bicicletas y los colchones a Chito Pérez, si, también llevaron el diesel al
Zapote para que quemen un poco de basura… también… nadamas que se vayan al
rato. Si, al rato que me levante, son las tres de la mañana y me acabo de
venir… en “El mangal”… ok, voy de nuevo…No, yo no he visto a Charly ni a Sandra
para lo del Día 28. Nooo, el 29 no podemos organizar ningún torneo a San Pedro
y a San pablo, estaríamos fuera de tiempo… bueno les prendemos un par de
veladoras a los apóstoles; eso lo iba a
coordinar con Hectorín… yo también voy a estar ahí pero no sé si ya nos
llegaron otros regalos. Nadamas hay mandiles y sombrillas, y abanicos pero
necesitamos dinero. Si, usted sabe, con dinero todos bailamos”.
Así escuchan a Regina sus cercanos y
algunos lejanos. No hay focos rojos, esta sobregirada, traspasada, entregada,
de más. Sobreactúa en los mítines y se observa patéticamente dulce, tierna,
conmovedora. La mire regalar una cachucha roja a un vecino que traía dos gorras
en la cabeza, del PRI; así, regala morrales, lápices con reglas y cuadernos y
sacapuntas y playeras rojas, es una enajenación compulsiva desbocada, por
cumplir su tarea de malgastar su generosidad electorera. En tanto nosotros los
pobres ciudadanos tenemos que esperar a que todo esto se termine, para que se
tranquile Acayucan; tenemos que dejar pasar el tiempo o esperar que las
ilusiones se marchiten o se desvanezcan.
Acayucan, tengo que decirlo, vive de
manera surrealista. Vuelvo a señalar con tristeza, la ética, los ideales o
valores, no tienen lugar en nuestra aldea. Maquiavelo era un cabrón bastante
maquiavélico. Pero tenía un gran sentido de la realidad. Y él dijo que en la
política no cuentan los principios, sino los fines. El primero de julio,
despuesito de las elecciones, sabremos posiblemente quién ganó la presidencia,
la senaduría y las diputaciones. Es decir, sabremos cuáles ricos y poderosos
seguirán ganando más, y cuáles poderosos y ricos ganarán un poco menos. El
dinero, queridos amigos míos. El dinero… algo que solamente conocemos por el
aroma, las migajas y el sencillo que nos suenan, en periodo de campaña. Sombrío
pensamiento el mío ¿periodista? Me gustaría serlo, para escribir algo más que
un ensayo de estos pero, entiendo, no todo el que hace versos es poeta ¿Han
desaparecido ya las ilusiones? ¿Dónde está el nacionalismo revolucionario? ¿Qué
se hizo de aquellas marchas agraristas?” ¿Y lo de la lucha por el proletariado?
Los patriotas ya murieron.
En Acayucan, han jugado con nuestras
carestías, de manera inmoral. Nos prometieron una Unidad Deportiva y un
Auditorio. Construyeron una Sala de Juicios Orales para elefante blanco. ¿El
módulo de Hacienda Federal? Nos instalaron y, lueguito, se llevaron un Tribunal
Contencioso Administrativo. Inauguraron, sin que funcionara en ningún momento,
La Junta Especial de Conciliación y Arbitraje Número 15, que ahora sabemos
habrá de ser la permanente número 3, pero que jamás ha recibido siquiera una
carta de amor, porque los expedientes laborales se continúan ventilando, fuera
de la ley, en Coatzacoalcos ¿sabía usted? Que, desde el 7 de mayo anterior, se
publicó un decreto donde somos (acayuqueños, sanjuaneños y otros) sujetos a la
competencia de la Junta número 13, con residencia en San Andrés Tuxtla, algo
que obliga a trabajadores y patrones, a sufrir el martirio y gasto de viajar 97
kilómetros de carretera sinuosa, a efecto de ventilar una controversia, donde
el más perjudicado será… ¡no me lo digan! Parece que nadie nos quiere o que
nadie nos defiende o somos un pueblo maldito, por algún pecado que venimos pagando.
Con todo esto, decía, Regina Vázquez
no funda sus esperanzas en las despensas
que reparte, ni en los show de Bobby Pulido, Güicho Domínguez, La Tetanic, Ha-
Ash, Merenglás o el Lupillo Rivera y
todo el elenco del carnaval veraniego, ni en la compostura de calles, ni en los
desayunos con periodistas, con asociaciones, con taxistas, con estudiantes del
ITSA, etcétera; quizás porque sabe ciertamente que la política no deja de
significar un volado y lo bueno siempre será al momento de cruzar una boleta
electoral. Ser o no ser, ese es el problema; aunque mucha gente piense que
porque ya le anotaron su número de credencial en una lista es obligación,
y fuerza, votar por la candidata no es
así, cualquiera se puede rajar y sin ningún problema votar por quien prefieran
en la realidad para que no vengan a burlarse de nuestras necesidades. Sigo
pensando que el valor y la dignidad se demuestran al momento en que se decide
vender o comprar un sufragio… Eso, creo, es algo parecido a la prostitución.
Digámosle: “Prostitución Electoral”, así deberíamos llamarle a todo eso que
dicen se pretende desarrollar el día de las elecciones próximas. Por supuesto
que eso de la compra-venta de votos es una práctica antigua que viene tomando
actualidad en la forma nadamas; toda vez que ahora los electores llevarán la
instrucción de entrar a la mampara a votar el próximo primero de julio con
teléfonos celulares, que tienen cámara fotográfica, de tal manera que los
votantes comprobarían a favor de quién emitieron su sufragio, lo que sería la
moneda de cambio para ganar un recurso económico. Se dice que el ofrecimiento
de algunos partidos políticos es de $1,000.00 (mil pesos) por voto, específicamente en los municipios de
Acayucan y Rodríguez Clara. Quien diga que tal ejercicio no es una manera de
prostitución debe saber que “la profesión más antigua del mundo” es el acto de
participar en actividades sexuales a cambio de dinero o bienes. Por ello al
hablar de prostitución, se sobreentiende que la persona que la ejerce o
participa no aplica más criterio en la elección del cliente que el de recibir
el pago correspondiente, es decir, que no existe ningún tipo de emoción ni
relación afectiva. De modo que, en un sentido más genérico y coloquial de la
palabra, se dice también que se prostituye, por extensión, cualquier persona
que "vende" sus servicios, su voluntad, su cuerpo, su derecho (no
sexuales) por una causa que no le importa o incluso que considera indigna,
denigrante u ofensiva, con el único aliciente de recibir un pago. ¿Cuál sería
la diferencia en alguien que por
necesidad, a cambio de un atado de lámina, de un bulto de cemento o de unos mil
pesos, entrega su preferencia para elegir a su presidente, a sus senadores y a
su diputada?
Me reservo las reflexiones que me inspira el
músico y poeta, Don Agustín Lara, parafraseando: “Vende cara tu boleta… y aquel, que en el celular la foto quiera, que
pague con brillantes tu pecado…”