jueves, 29 de mayo de 2014

Educación indígena: entre el discurso y el hambre


La profesora Citlalli Yolotzin Romero García, asegura que en la comunidad Santa Martha la gente vive del programa Oportunidades.



El profesor Gabriel Sainos García, pide ser permutado adonde pueda enseñar en su lengua materna.




Educación indígena: entre el discurso y el hambre


En la comunidad Santa Martha la telesecundaria Hermila Galindo de Topete no tiene televisores ni electricidad, ni aulas, ni mobiliario. La escuela primaria Justo Sierra, padece el mismo mal.


El colmo, los profesores  Citlalli Yolotzin Romero García y Gabriel Sainos García, no hablan la lengua materna de los niños y jóvenes a quienes dicen enseñar. Entonces, ¡qué enseñan!


ENRIQUE QUIROZ GARCÍA/EL MANIFIESTO


SOTEAPAN, VER.


En medio de la pobreza y el hacinamiento se encuentran impartiendo sus clases profesores de la comunidad de Santa Martha, enclavada en los altos de la sierra de Soteapan, donde los discursos políticos no tienen lugar, ya que, la realidad se enseñorea pateando la hueca e inútil verborrea de quienes tienen a su cargo la repartición de la riqueza en México.


En Santa Martha, hay una escuela telesecundaria, llamada “Hermila Galindo de Topete”, allí se encuentra impartiendo clases a los grupos de primero y tercer grado, la profesora Citlalli Yolotzin Romero García, oriunda de Martínez de la Torre.


Lo paradójico, nos explica la mentora, es que esta modalidad como su nombre lo indica está basada en el uso de la televisión, cuyo apoyo didáctico es esencial para vaciar los contenidos contemplados en los programas de este nivel educativo. Empero, no cuentan con televisores ni con electricidad, ni con mobiliario ni con aulas dónde interactuar con los 38 estudiantes (el total de matrícula de los 3 grados de esta escuela), motivo por el cual tienen que impartir sus clases en una casa prestada donde han improvisado mobiliario e intentan que los mal comidos estudiantes aprovechan al máximo las clases.


“Estamos viviendo en esa comunidad la extrema pobreza, la escuela no cuenta con aulas ni mobiliario, ni material didáctico, no tenemos televisores, no tenemos señal. Somos 2 maestros para los 3 grupos, trabajamos con los puros libros que nos llegan de la sep”, refiere la profesora.


Citlalli Yolotzin Romero García, abunda que, a pesar de que ya han hecho del conocimiento de esta situación a Espacios Educativos a cargo de la señora Xóchitl Tress, no ha habido una respuesta a estas necesidades que acogen a esta comunidad enclavada en la serranía de Soteapan.


“Hay hambre, los niños tienen muchas carencias, viven del programa Oportunidades…hay mucha desnutrición, mucha enfermedad, no están bien abastecidos en salud, alimentación, todo es escaso por acá…los padres de familias tuvieron que improvisar sillas y ponerles una paleta”, explica.


Pero;  aún más paradójico resulta que, pese a los comerciales del gobierno en el sentido de que las reformas estructurales son el camino para elevar la educación en México, al menos en lo que a educación se trata han fracasado. ¿Por qué? La profesora Citlalli Yolotzin Romero García, no siendo bilingüe, se encuentra impartiendo clases a niños cuyo dialecto es el náhuatl, lo que pone en evidencia que no sólo las circunstancias educativas en Santa Martha no son las ideales o las idóneas, sino que  la corrupción en el sistema educativo en Veracruz están al mejor postor.


Es decir, la profesora no debería estar al frente de un grupo de niños cuyo lenguaje les es desconocido a ambos; pero allí está, allí permanece intentando vaciar contenidos educativos como en un juego de ajedrez donde los rivales son ciegos.


Como dijera la profesora de marras:


“Se dificulta entenderlos porque no hablo el popoluca y ellos intercalan las actividades; escriben y hablan el populuca al 100 por ciento y es un reto para poder entender lo que ello dicen y hacen”.


PARADOJA DE LA LENGUA Y EL HAMBRE


En las mismas condiciones se encuentra el joven profesor Gabriel Sainos García que imparte clases en la escuela primaria “Justo Sierra” en la misma comunidad, quien refiere ser de una comunidad perteneciente a Papantla de Olarte, al norte del estado, donde se habla el totonaco, no el náhuatl que se habla en la comunidad donde se hace cargo de 29 niños cuyos lenguajes los hacen ajenos como en un diálogo de sordos.


La historia es similar, no existen las condiciones para que los niños estudien y aprovechen lo que contienen sus libros de texto.


“Atiendo 2 grupos, primero y segundo grado. No contamos con mobiliario, los padres de familia han improvisado el mobiliario para sus hijos con madera rustica, necesitamos material didáctico, necesitamos fortalecer los estudios de los niños, pero es difícil atender dos grupos porque tenemos que hacer doble planeación y dividir nuestros tiempos”, nos cuenta.

Según el profesor Gabriel Sainos García, las nuevas reformas están sujetas a la internet, y a todo lo que la modernidad ha dado a la sociedad, empero, en el caso de las comunidades indígenas, son las últimas en disfrutar de estos logros humanos.



“Yo no hablo el náhuatl, sino el totonaco, que me manden a donde hablo mi lengua y que a los niños a los que les imparta clases sean hablantes de mi lengua”, concluye.