COLUMNA: CLAROSCUROS
Por José
Luis Ortega Vidal
(1)
El 8º Congreso Estatal del Partido de la Revolución
Democrática en Veracruz -realizado el sábado pasado- ha generado una discusión
que trasciende el ámbito interno de la presunta izquierda veracruzana.
(2)
En Veracruz, alguna vez existió una Izquierda.
En 1968 –por ejemplo- estudiantes de la Universidad
Veracruzana escaparon de la entidad ante los afanes de Gustavo Díaz Ordaz de
extender al territorio jarocho la masacre que ordenó el 2 de octubre en La Plaza
de las Tres Culturas de Tlatelolco.
Estudiante de la Facultad de Derecho de la UV y
luego consumado poeta de talla internacional y olvidado en su terruño, Orlando
Guillén Tapia fue uno de los muchos jóvenes que huyeron de aquella represión.
La del movimiento estudiantil de 1968 no fue una
acción signada por la ideología; aunque muchos de sus protagonistas hayan asumido
tal posición en sus vidas públicas antes, durante o después de aquel momento trágico.
Heberto Castillo Martínez, maestro en la
Universidad Nacional Autónoma de México y nativo de Ixhuatlán de Madero,
Veracruz, es sin duda el más notable izquierdista que haya tenido nuestra
entidad en la historia reciente y los sucesos del 68’ también lo convirtieron
en proscrito.
El gobierno de Díaz Ordaz buscó afanoso a Heberto
Castillo pero la solidaridad del general Lázaro Cardenas del Río le salvó la
vida.
La estatura intelectual, moral y política del ingeniero
Heberto Castillo Martínez no se reconoce en su entidad de nacimiento ni en el
país, pero es tanto su brillo que no requiere de esa condición para alcanzar la
categoría del personaje trascendente que es.
(3)
Ante este pequeño asomo a la historia veracruzana,
surge una duda: ¿el PRD representa a la Izquierda en nuestro Estado?
¿El evento organizado el sábado 29 de septiembre
fue un Congreso de la Izquierda?
A nivel nacional el perredismo aglutina a diversas
corrientes, grupos de poder, rostros de interés que van desde las posiciones de
Centro, hasta figuras de Derecha y varias versiones de lo que definimos con la
política de Izquierda.
Hablar del perredismo nacional requiere trato
aparte.
Por lo que hace al PRD en Veracruz lo que se
aprecia en actividades como la del sábado -en Xalapa- y las actitudes,
declaraciones, posicionamientos, gestiones, etcétera, que se han dado a partir
de ese día entre los dirigentes del perredismo local, es todo menos una escena
de la Izquierda política.
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Dialéctica por su naturaleza, la Izquierda se
caracteriza por su raíz honesta.
A la política de Izquierda se le puede ubicar en la
historia como aquella lucha cuya bandera principal es la justicia social y su
forma de trabajar se basa en el colectivismo.
Parto de ideas muy simples en torno a la Izquierda;
tema, concepto, idea cuya profundidad está muy lejos del alcance y pretensiones
de este artículo.
(5)
Ocurre simplemente que observar los alegatos sobre
la posible alianza entre el PAN y el PRD -de cara a las elecciones del 2013- en
un contexto de encueramiento mutuo sobre la corrupción rapaz que caracteriza a
los dirigentes del perredismo veracruzano, no inspira otra cosa que asco.
Los veracruzanos –al margen de la ideología con la
que nos identifiquemos o del partido en el que militemos- conocemos
perfectamente el estercolero que representan en la entidad las siglas PRD y la
imagen de un sol sobre un fondo amarillo.
No es necesario que se exhiban de un modo tan
lamentable personajes como Juan Vergel, Freddy Ayala, la diputada Jazmín Copete
Zapot y demás personajes de triste memoria.
Sabemos hacia donde conducen los afanes de unos y
otros al decir Sí ó No a la alianza con el PAN.
Por respeto a los demás, deben arreglar sus
diferencias en un escenario interno.
Su partido recibe dinero de nuestros impuestos.
Ojalá no sigan mostrando -un día tras otro- la
patética inversión que hacen nuestras autoridades electorales al darles la categoría
de partido político.