CLAROSCUROS
José
Luis Ortega Vidal
(1)
El dinero es la
gasolina del poder.
Su aceite, lo
representan las relaciones entre
grupos políticos.
La lectura de estos elementos
permite observar
con cierta cercanía una coyuntura determinada,
por ejemplo en
Veracruz.
(2)
El tema de la deuda
estatal –reconocida hasta
hoy en 35 mil millones de pesos- es un factor que
incide en el escenario puesto en marcha para los comicios del 2013.
Grupos como el del gobernador
Javier Duarte y los que se mueven alrededor suyo con relativa distancia o
cercanía -según sea el caso- juegan desde su posición en la cancha.
Hablamos de gente que
opera junto a Héctor Yunes Landa, Amadeo Flores Espinoza, José Yunes Zorrilla,
Alejandro Montano, Carlos Brito, entre muchas otras cabezas visibles a lo largo
y ancho de Veracruz.
A este escenario hay
que añadir los hilos que se manejan desde el Distrito Federal.
He aquí dos tramos, en
el camino que conduce a la lista de 30 candidaturas a diputados locales y 212 a
alcaldías, por lo que respecta al PRI.
Hay un tercer elemento
clave: el mapa electoral que dejó la elección federal de julio pasado.
Enrique Peña Nieto
perdió en Veracruz y éste es un dato estadístico y político al mismo tiempo.
¿Hay más?
Sí.
Mucho más.
Citemos un cuarto
aspecto: el factor seguridad pública.
El ejército y la
marina sostienen los delicados andamiajes de la seguridad en Veracruz.
Si no estamos peor en
materia de violencia es por el trabajo de las fuerzas armadas.
Entendamos que
militares y marinos son entes políticos; institucionales, pero políticos al
fin.
(3)
A este andamiaje del
poder póngale usted nombres, apellidos, fortunas, infortunios, trayectorias, relaciones,
intereses, alianzas, coyunturas, circunstancias, piquetes de ojo y jalones de
cabello y podrá ir armando la lista de candidatos priistas para las elecciones
del 2013.
Insisto: sólo estamos
hablando del PRI.
Por lo que hace a la
oposición es otro cantar: habrá fugas, hay ya acuerdos por debajo del agua, ventas,
entregas corporales, alianzas, simulaciones ideológicas, amoríos políticamente
incorrectos pero económicamente productivos, además de rescates como el de Juan
Vergel; pero esto merece consideración aparte.
(4)
En política, todo
cuenta: hasta el estilo.
Cada gobernante tiene
su manera de mover las piezas del ajedrez en sus manos.
A Javier Duarte de
Ochoa –al parecer- le gustan las señales claras y directas, más que los
mensajes cifrados.
Por eso ha dicho que a
Salvador Manzur lo ve como un Alcalde de Boca del Río que concluirá su trienio.
Por eso el domingo
ratificó a Erick Lagos en la dirigencia estatal del PRI.
Por eso le da juego y
más juego a Alberto Silva, el Alcalde tuxpeño.
Por eso Marcelo
Montiel fue el orador en el evento del priismo estatal el pasado fin de semana.
(5)
Desde Pánuco hasta Las
Choapas. De norte a sur. De extremo a extremo el PRI ya está tejiendo y Javier
Duarte fija su estilo.
Hasta los días que
corren ha dado juego a todos los actores.
Falta conocer los
porcentajes asignados a cada cual.
Y las reacciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario