ENRIQUE QUIROZ
Fernando Kuri: de empresario a demagogo
Da populo, da verba mihi
Ovidio
I
En el mes de mayo, con bombo y platillo el presidente de Oluta Fernando Kuri, inauguró una oficina de enlace del Servicio Nacional de Empleo. Acompañado de algunos alcaldes de la región y del diputado Jorge Carvallo Delfín, su amigo de correrías y andanzas multifacéticas, anunció que esta puesta en escena acarrearía beneficios para los miles de desempleados de la región.
Hoy esta oficina luce sola. Abandonada. Inútil.
Las pocas solicitudes de empleo se archivan como expedientes ministeriales en las agencias de justicia.
Por si algo faltara, empleados municipales fueron despedidos por el “preocupado” alcalde del empleo.
A ocho meses de su administración, Fernando Kuri no ha dado golpe.
Oluta sigue en el atraso.
II
El derroche de dineros en los festejos del carnaval y de la feria de san Juan Bautista, son otra muestra de lo paradójico de las acciones del alcalde de Oluta, quien pagó del erario público miles de pesos a los artistas que vinieron por unas horas a cantar y a pasearse por las derruidas calles de esta villa.
III
En campaña, recuerdo, Fernando Kuri prometió que los policías tendrían mejores condiciones laborales. Empero, basta asomarse a los dormitorios de los guardianes del orden para encontrarse con unos colchones viejos y apestosos donde descansan quienes cuidan de la ciudadanía.
La cárcel municipal es un cajón apestoso a orines y suciedad donde van a parar ciudadanos que incurren en alguna falta administrativa.
¿Acaso no es menester de autoridades sensibles, tener en condiciones dignas a sus empleados, incluso a ciudadanos que incurren en alguna falta administrativa, cuyo pago de liberación debe parar en las arcas municipales?
Para Fernando Kuri, es más importante simular que se está trabajando cuando contrario al slogan del gobierno del estado, Adelante, Oluta está caminando para Atrás.
IV
El desvío de recursos oficiales a empresas privadas es otra historia que contaremos a detalle en la próxima edición. Pero de que en Oluta se cuecen habas con su presidente municipal, se cuecen.
V
Oluta es un pueblo pequeño.
Sus habitantes son gente trabajadora que confió en las promesas de Fernando Kuri:
Que la mano de obra a contratar sería de Oluta no foránea.
Que habría apoyo al campo e incluso se habló de exportación de la producción agrícola.
Que se respetaría la voluntad del pueblo, que habría democracia, pues.
Que las colonias marginales serían atendidas en sus necesidades más apremiantes.
Que los jóvenes y niños deportistas tendrían canchas y campos dignos donde desarrollar sus habilidades.
Que la educación, las tradiciones y la cultura serían una prioridad en su gobierno.
Que los derechos de la mujer y su seguridad estarían en los primeros renglones de su agenda, etcétera, etcétera, etcétera.
Estas y otras promesas más hizo quien ahora sólo ve por sus intereses personales olvidándose del pueblo que lo hizo llegar a la presidencia municipal.
VI
El problema que taxistas de Oluta enfrentan con los de Acayucan se ha prolongado porque hasta el momento las autoridades municipales no han dicho ¡ésta boca es mía!
Ignorando de esta forma lo que es menester de quienes gobiernan.
Si la sangre llega al río algo de culpa habrá en las autoridades municipales...el pueblo lo juzgara en su momento.
Fernando Kuri Kuri, no es - en el estricto sentido de la palabra- el presidente municipal de Oluta; es el presidentito municipal de un pueblo que aún no aprende a reclamar sus derechos.
Un presidentito de los que ofertan en los aparadores de las tiendas de lujo.
Un presidentito que se compró una presidencia municipal para salir de la rutina.
Un presidentito que aspira a ser diputadito local, porque piensa que comprando la conciencia de la gente se logra todo
Los habitantes de la colonia Juan Blanco no piensan lo mismo.
Kuri los engañó y dejó a merced de quien pretende robarles bajo argucias legaloides lo que ya pagado está.
VII
Oluta seguirá siendo la antesala de Acayucan.
No más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario