lunes, 16 de julio de 2012

Murió el profesor Bulmaro Martínez de la Cruz.

Déjame que te cuente…

Por Sergio m. Trejo González.
Los fúnebres heraldos dan a conocer la desaparición, del que fuera  Jefe de Sector de Educación Primaria General Número 18, con sede en nuestra ciudad: BULMARO MARTINEZ DE LA CRUZ.

El siempre fiel intérprete de nuestras las necesidades educativas, falleció en la tarde de  ayer en su domicilio ubicado en el barrio de CRUZ VERDE. Su deceso provocó el dolor y la tribulación de sus familiares y vecinos, que se hizo extensiva a todos los profesores de su jurisdicción quienes, en poco tiempo, se hicieron presentes en el espacio reducido, por la circunstancia, de su hogar; para confirmar tan lamentable noticia, pues nadie podía creerlo, por lo fortuito e inesperado.
Lo conocimos hace algunas décadas y nos enteramos que provenía de San Francisco Ixhuatán, Oaxaca, para avecindarse en nuestra ciudad, donde lo veíamos cotidianamente acudir al Palacio Municipal, donde tenía sus oficinas, para el cumplimiento de sus deberes; desde ahí distinguíamos al mentor de aspecto sabio, austero, solidario, respetuoso y bueno. Son pocos los epítetos que caben en nuestro espacio para un hombre excepcional.
El magisterio se encuentra de luto y no es para menos, entiendo que su jefatura tenía una competencia que abarcaba 13 supervisiones escolares distribuidas en, algo así como, 9 municipios. En sus más de 40 años dedicado a esos renglones muy importantes del sector educativo, recorrió todo el país, representando y cumpliendo tareas de responsabilidad educativa; precisamente coordinando, convocando, disponiendo y organizando congresos, asambleas y en general todo ese trabajo de estudio, movimiento y logística sindical, sin perjuicio de sus tareas relevantes en el desarrollo del proceso educativo como ciencia y como técnica, convirtiéndolo en bastión insustituible para los trabajadores de la educación, y para la enseñanza y el aprendizaje.

No hay palabras para describir su ausencia ni para aliviar la pena y consternación de su familia y de sus amigos. Sembró la semilla del trabajo en las aulas escolares y en los terrenos sindicales de su gremio. Nos dejó sus preceptos y ejemplo.
El barco no se detendrá. Su memoria alentará a quienes le sucedan para encontrar la luz en esta oscuridad “Post tenebras spero lucem”.

Gracias Maestro. Más de cuatro generaciones compartimos ahora el dolor de su partida.

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